viernes, 26 de agosto de 2016





La Gruta del Espíritu Santo. (Morazán)


¿Por qué pintaba el hombre?… Para expresarse.

¿Para qué pintaba el hombre?… Para tener un registro histórico de su día a día.

La primera arquitectura hecha por el hombre se encontraba en los arboles ya que estos eran utilizados a manera de refugio ante cualquier peligro posteriormente estos se fueron trasladando a las cuevas donde también fueron dejando plasmados los vestigios del pasado siendo estos los que conocemos hoy en día.
La Gruta del Espíritu Santo.
En este artículo hablaremos sobre el Sitio Arqueológico ubicado en Corinto, Morazán el cual se conoce como: La gruta del Espíritu Santo.

Muchas de estas pinturas son representaciones humanas, cabe mencionar que algunas de ellas llevan grandes penachos sobre la cabeza, también se encuentran pinturas de manos las cuales son en su mayoría de personas adultas y muy probablemente masculinos. Las representaciones de animales que existen son muy escasas pero las hay, más que todo esencialmente de aves, tortugas, y además hay dos figuras serpentinas, así como también se encuentran algunas figuras las cuales bien podrían representar unas plantas.
La gran mayoría de las representaciones han sido pintadas de color rojo, pero también hay otras pintadas de color amarillo o negro.



Otras representaciones han sido grabadas sobre las paredes y unas cuantas combinan ambas técnicas, cabe destacar que los colorantes utilizados para las representaciones son muy probablemente de origen mineral: tomados de ocres rojos y amarillos, así como también de origen vegetal para el color negro, siendo este la madera carbonizada.
Este sitio arqueológico se registra como Monumento Nacional desde 1972, ya que fue en esa fecha que el lugar fue  adquirido por el Ministerio de Hacienda  y de inmediato fue transferido al Ministerio de Educación.

La cueva está bastante contaminada y hay bastante filtración de agua con material pétreo, lo que se llama lixidación (costra blanca), que daña las pinturas. Eso contamina y crea confusión en la datación. También, está el problema de que, por varias décadas, la cueva fue utilizada para quemar leña para carbón.

Al subir  la imponente gruta por un sendero se observa la ciudad de Corinto y todo el medio natural que le rodea, caracterizado por formaciones rocosas que nosotros comúnmente conocemos como talpetate, que desde lejos parecen inmensas manchas sobre la tierra.


Corinto y el departamento de Morazán fue un lugar duramente golpeado por la guerra durante los años 80 y en la cueva se pueden observar perforaciones de balas, ya que fue utilizado como escudo para resguardarse de los ataques,  por tal razón se han dañado algunas de las pictografías, entre otros daños con los que ha sido asediado este monumento nacional.


En más de una ocasión este sitio arqueológico ha sido investigado, destacando la primera exploración con estudios realizados en esta zona en los años 1954 y 1958, por parte del arqueólogo Wolfgang Haberland, y en 1972 publicó un artículo en la revista norteamericana Archaeology, donde mencionaba principalmente la existencia de pinturas rojas, cafés y amarillas y algunos grabados. Haberland trató de interpretar lo que estos antepasados quisieron comunicar o dejar plasmado a través de estas pinturas rupestres. Asimismo hizo excavaciones en el sitio arqueológico encontrando cuchillos de piedras de obsidiana, puntas de flechas utilizadas para la cacería, rocas de pedernal que utilizaban para hacer encender el fuego al rozarlas.

Las pinturas son conocidas desde finales del siglo XIX. En 1889, Santiago L. Barbena publicó un artículo mencionándolas en el periódico nacional Los Debates. En 1913, en Le journal de la Société des Américanistes, un artículo de Atilio Peccorini, titulado Algunos datos de la arqueología de la República de El Salvador, menciona la Cueva de Corinto, con inscripciones y dibujos en distintos colores. Desde esas fechas, regularmente en periódicos y revistas nacionales, se encuentran menciones de las pinturas. 

Entre las figuras que destacan pueden observarse se encuentran las de dos hombres tomados de las manos, dos hombres que aparentemente tienen alas, hombres con grandes penachos que probablemente fueron caciques o representaban algún cargo de autoridad, una planta que se asemeja a  la planta de maíz, un hombre que sostiene algo que podría ser una lanza de cacería, o, podría interpretarse como un instrumento de caleña o bien una señal de autoridad; manos además hay  animales: una tortuga, dos serpientes y una ave prehistórica.

Según las investigaciones las figuras podrían haber sido hechas con el dedo, utilizando pigmentos de origen mineral vegetal y animal. La pintura roja fue extraída de barro rojo que hay en el lugar,  el amarillo se extraía de las  rocas y también sacaban pintura de cascaras y hojas de árboles entre los que se pueden mencionar son: Caoba, Nance y Nacascolo. Haberland considera que la grasa animal fue utilizada para pegar los pigmentos de las pinturas.

Las pinturas no fueron hechas en la misma época ya que según los estudios de Haberland pueden tener lapsos de tiempo entre 600 a mil años de diferencia.  Por lo que se dice estas pinturas podrían tener una existencia de cinco mil  a 10 mil años AC. (Estas fechas aún no están definidas, pero son las proximidades de los investigadores arqueológicos).


Gruta del Espíritu Santo

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